Los salones de la muerte llenos de zumbidos y luces que atrapan como telarañas a los que entran para divertirse. Máquinas que silencian conciencias, ciegan y encadenan a su realidad.
Los rayos caen intentando despertar y avivar aquellas pequeñas brasas que aún laten en el corazón, llora el cielo ante semejante transformación.
Las hogueras devoran las armas revolucionarias, aquellas que dan alas; despiertan la voz, la crítica y el sentido común.
El abuelo cierra el libro, se acabó el tiempo de lectura.
—Yayo ¿Cómo sigue la historia?
—A dormir mozalbete, hasta otro día.

Wow, David. Consigues remover con tu microrrelato. Fíjate que empieza siendo prosa poética y crítica contra una sociedad que intenta, como tú dices «anular conciencias» y acaba con un final sorpresivo al resultar ser la lectura de un abuelo.
Me ha gustado mucho.
Muchas gracias por participar en el reto, como siempre.
Un abrazo grande y feliz domingo :)