Rompiendo la barrera de la hora y veinte en una media maratón

Hay carreras con las que tienes algo especial, ya sea para  bien o para mal. Esta media maratón Paiporta Picaña  es especial para mí. Corrí 2009, 2011 y 2012 y este año 2015. Siendo en 2011 el año en que conseguí mi mejor marca para llevar poco tiempo como corredor popular. Luego en la siguiente edición me lesioné en la mitad de la carrera.

Hoy es uno de esos días que marcas en rojo en el calendario porque tienes un evento importante que hacer aunque las circunstancias parece que lo quieran impedir. El hecho de participar en esta carrera es todo un mérito. Habiendo estado enfermo durante una semana y un día, que parecían eternos sin saber cuándo  acabará este calvario de garganta y nariz. La duda sobre si afrontar o no este reto planeaba muy bajo pero el entrenamiento del viernes me hizo desecharla y abrazar el misterio. Iré sin saber cómo estará mi cuerpo.

Por otra parte, el objetivo era ambicioso y se fraguó lentamente. Primero al acabar la media de Alzira, quise hacer otra en llano para comparar, ver si mejoraba el tiempo y batía mi marca personal; luego un amigo me  motivó para situar el listón más alto y poder pasar esa barrera de la hora y veinte. Paiporta-Picaña  no es una media maratón  todo lo llana que se pueda desear: (con dos cuestas cerca de Paiporta) que en esta edición estaban situadas en los últimos kilómetros porque cada año la carrera empieza en el otro pueblo y cambia el recorrido. Siendo 2 vueltas al mismo.

El sol nos da los buenos días en esta mañana de invierno y con muy poco viento, algo bueno para correr. Mis nervios están a flor de piel durante el calentamiento sumido en un mar de interrogantes. Me coloco en la tercera fila para que luego no haya mucho desfase entre el tiempo oficial y el tiempo real. Comienza la aventura y voy a 3:50 buscando sensaciones que me digan cómo estoy y guardando fuerzas para más tarde. Estoy en un grupo que va a ese ritmo y hasta el km 3 voy así encontrándome a mí mismo y notando que la cosa va por buen camino pero necesito intentar subir el ritmo un poco a lo que suelo correr. Dejo atrás el grupo quedando en medio de la nada porque los de delante van demasiado rápidos y estoy desde el km 4 al 5 llendo a 3:48. Me encuentro bien por el momento y cuando creo que la soledad me acompañara, un corredor del equipo de mi pueblo me alcanza y empezamos a hablar. Esto es el encanto de las carreras: encontrar a gente con la que ir acompañado durante mucho tiempo. Estoy con él conversando y así se me hacen los kilómetros menos pesados. Vamos a un ritmo considerable 3:46, algunas veces bajamos a 3:45. Pasamos el ecuador de la prueba y las sensaciones son buenas pero siempre dentro de este ritmo, la motivación es mayor porque veo que lo puedo conseguir. En el kilómetro 15 se separa de mí yendo un poco más rápido pero lo suficiente para que yo no pueda seguirle y tampoco quiero arriesgarme que quedan 6 kms por recorrer. Batir mi marca personal en el km 15 marcando 56:05 me da más energía para seguir. He recuperado lo que perdí al principio yendo más despacio, y con este parcial las cosas se ven más claras.  Sigo igual pero algo cansado, se nota que en dos días buenos uno no está al 100% después de una enfermedad (garganta y nariz) pero contento porque el dolor abdominal desapareció durante los entrenamientos. En el km 17, me encuentro con otro compañero de fatigas y voy con él durante dos kilómetros siendo providencial su ayuda para que no me pierda en algunos tramos sin marcar ni con gente que indique por dónde sigue la carrera. En la primera vuelta veía a los de delante y me guiaba por ello pero ahora no hay nadie delante y este compañero me avisa. El ritmo va aumentando, yendo ahora a 3:44 y en el km 19 voy a la caza del que veo delante, lo tengo cerca y aprieto progresivamente hasta darle alcance. Luego viene la última subida entre el km 20 y el 21. Este repecho hace que no me queden fuerzas para esprintar y lo máximo que vaya es a 3:43, aún así es suficiente para pasar nada más entrar en Paiporta a otro corredor cruzando la línea de meta con un tiempo increíble de 1h:19:35. 

Lo conseguí!!! Sin esprintar, yendo de menos a más y con las fuerzas justas. Miro las clasificaciones: 11 de la general, 6º de la categoría por edad y 2º de discapacitados (el primero es el tercero de la general).

 

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Cuando la mente se fija algo y se lo propone, lo consigue aunque el motor no vaya todo lo bien que uno quiere. Un broche de oro para cerrar este año y esta distancia  sin estar en mis mejores condiciones.

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Mas fotos aquí: https://www.facebook.com/david.colomagarcia/media_set?set=a.10208629449479640.1073741853.1412123043&type=3

 

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