En el abatimiento y postración, escribo estas líneas como mi última canción o aliento de vida; si mañana he de marcharme no dejes de mirar al cielo de constante. Puede que nadie venga o se note mi ausencia; solo sé que, si me voy ¿qué dejaré en el hoy? En el presente de la gente que ha compartido cosas conmigo y aquellos en los que he dejado mi semilla. Si marcho hacia el sol, ¡qué maravilla! Estar con el Creador. Si voy a lo profundo del seol, que recen por mi alma. Tampoco sé si las personas que hay en mi corazón me recordarán ni lo que en la placa escribirán.
Poema seleccionado en el I Concurso de poesía trágica «Tragedias poéticas»