Papeles mojados
lanzados al estiércol,
las fuertes palabras
enterradas en el desierto.
Letras desconocidas
en los cuerpos hinchados
que yacen al sol.
Sufren muchas amenazas,
vistas como antiguallas
de plumas tenaces.
Los altos muros dorados
lanzan fuego contra ellos
mezclándose con los ratones
esperanzados abriendo huecos.
Esperan llegar a todos
sin saber cuándo
estarán implantados.
En su día de celebración
demos la voz a los mudos,
cortemos las mordazas,
impulsemos el vuelo y
llegarán a todos los pueblos.
