Las gélidas placas se agrietan, impávidas ante la fuerza vital que renace del aletargamiento. El cetro del soberano se quiebra ante este huracán arrollador, mixtura de colores fagocitando el muro que los mantiene presos. Desde las alturas lágrimas esparcen alegría por todos los lugares, gotas coloreadas reparten notas musicales y los emisarios de estas nuevas recorren todo el universo anunciando la gran esperanza.
Huyen los ejércitos oscuros espantados ante semejante poderío. Crujidos retumban en las cavernas, las cadenas se quebraron sin resistencia ante esta explosión de perfumes dejando libres a los que se creían muertos.
Regresan las risas de los confines olvidadas, se rompen las máscaras de hielo.
¡Levantaos!, ¡Salid! todo invita a la alegría, ¡celebremos la primavera de nuestras vidas!
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