El reto de Lidia
Mi querida hada
no se acuerda de nada,
pero yo sé quién es.
y si tú la ves
salir de su gruta helada
empezar la jornada
con el olvido en su cara
no parece la estrella,
ni la flamante gema
que ilumina mis pasos.
Cuando rompen los abrazos
este hielo, una lágrima
habla por ella, su ánima
recobra el sentido
que parece estar ido.
Cuando el gran suspiro
aquella mañana atroz
el pez disolvió.
Ella era mi fuego,
el motor de mi sueño
y a pesar del silencio
escucho su aliento
y los peces brincan,
los miedos se desinflan.
Bonito poema dedicado a alguien al que se amó, aunque deduzco que es algo que pertenece al pasado aunque sigue vivo en el recuerdo. Muchas gracias por tu aporte al desafío de este mes. Un abrazo, David.
Gracias por comentar,
podría ser como dices, pero piensa también en el alzheimer. El poema te da pistas sobre ello.