Contra metamorfosis

El reto de Lidia





A pesar de su aspecto, estaba orgulloso de su padre; siempre le cuidaba y cuando se transformó le hacía cosquillas con sus patas y le enseñó el placer de la lectura.





Ella cada día salía de su casa perfumada, unas gotas del frasco que le legó su madre irradiaban su compañía.





Un día en unas ruinas egipcias fue el encuentro.

Ella dejó el frasco abierto, estaba fascinada por el escarabajo y en un descuido él se sumergió en el perfume.





Ahora los dos huérfanos son padres primerizos y su hijo se llama Kafka.









1 Comment

  1. Menudo derroche de originalidad. Ese final me ha dejado sin palabras. La mezcla de cosas inesperadas como Egipto y Kafka en un mismo microrrelato. Buen trabajo. Muchas gracias por tu aporte al desafío de este mes. Un abrazo, David.

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