Llegamos de noche con los monstruos extinguidos y empezamos a escribir hacia el final del libro. La pluma casi se hiela y la tinta estuvo muy cerca de la extinción.
Débiles, pequeños ante los otros seres pero valientes que dejaron imágenes de sus vidas mientras cada tic tac era una transformación adaptativa. Explorando el mundo nos mezclamos con otros y caímos en la tentación.
Vuelve a recordar que llegaste después y cuidabas el jardín, con pocas cosas eras feliz. Acuérdate hermano, no olvides los inicios donde la armonía soplaba por todos los rincones y ahora…
Ahora cuida la casa donde naciste, está gimiendo de dolor por tantos latigazos.
¡Volvamos a tiempo de cambiar el guión y escribir otro final!
¡Me gustó mucho David! No olvidar los inicios… 👏👏👏