mirada limpia

Esta mañana he lavado mis ventanas a conciencia y ahora la luz pasa a través de ellas. En el espejo se mezclan fealdades y hermosura a partes iguales; las observo detenidamente antes de salir, sonrío mientras contemplo esta amalgama.
No sé con quien me encontraré durante el camino de hoy. Dejo sorprenderme por cada encuentro sabiendo que todos compartimos muchas cosas que están escondidas a simple vista. No vale la pena que me quede en la superficie aunque la tentación cuesta vencerla.

Mi aspecto es impecable y no lo voy a manchar con cualquier cosa, que costó mucho volver a estar así, por tanto Le buscaré en cada encuentro sabiendo mi condición y todo lo que ello conlleva. ¿Para qué desear ponerme en su trono? Siguiendo su ejemplo, así serán hoy mis actuaciones. Aún recuerdo algunas de las muchas veces en las que estuve en el estrado y fui absuelto siendo culpable.
¡Qué vengan a mi memoria estas situaciones cuando quiera cambiar mi mirada hacia el otro!

Es un gran desafío el que me espera, pero con su gracia todo es posible. Hoy conseguiré estar en el valle de las flores, mostrando con mis gestos faciales lo que brota de mi interior, buceando en cada interacción y dejándome llevar por la brisa suave.

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